Ávidas pretensiones - Fernando Aramburu
*A medida que el frío va tomando protagonismo, el número de clientes que visitan el quiosco de los helados va decreciendo, manteniéndose el buen promedio de ventas gracias a los pedidos a domicilio, que no cesan. Hoteles, restaurantes y residencias son nuestros principales clientes. Este año hemos ampliado el área de reparto a otras localidades cercanas, a las que antes sólo llegábamos por compromiso moral con algunas órdenes religiosas. Cuando a final de temporada hacemos el balance de ventas es sorprendente el alto porcentaje de pedidos que las monjas de los conventos de clausura demandan en relación a las poquitas que son; no deja de ser curioso que ellas, expertas en el arte de la repostería, y en contacto directo con Dios, aún no hayan descubierto los ingredientes que utilizamos para elaborar nuestros helados de nata y sueño y sigan comprando nuestros productos con fidelidad. Hace unos días, cuando me disponía a repartir un pedido en uno de estos conventos, exactamente el de la