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Mostrando entradas de octubre, 2014

Ávidas pretensiones - Fernando Aramburu

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*A medida que el frío va tomando protagonismo, el número de clientes que visitan el quiosco de los helados va decreciendo, manteniéndose el buen promedio de ventas gracias a los pedidos a domicilio, que no cesan. Hoteles, restaurantes y residencias son nuestros principales clientes. Este año hemos ampliado el área de reparto a otras localidades cercanas, a las que antes sólo llegábamos por compromiso moral con algunas órdenes religiosas. Cuando a final de temporada hacemos el balance de ventas es sorprendente el alto porcentaje de pedidos que las monjas de los conventos de clausura demandan en relación a las poquitas que son; no deja de ser curioso que ellas, expertas en el arte de la repostería, y en contacto directo con Dios, aún no hayan descubierto los ingredientes que utilizamos para elaborar nuestros helados de nata y sueño y sigan comprando nuestros productos con fidelidad. Hace unos días, cuando me disponía a repartir un pedido en uno de estos conventos, exactamente el de la

Insectos - Víctor L. Briones Antón

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*El pavor irracional que presencié en el rostro de algunos párvulos ante la presencia cercana de las moscas motivó que les prestara mayor atención, buscando información adicional a su mera observación. Afirman los investigadores que durante un vuelo normal aletean 200 veces por segundo siendo capaces de modificar la trayectoria del mismo en menos de una centésima. Maravillas de la naturaleza. No obstante como el interior del quiosco de los helados está desinsectado tal y como dicta la normativa vigente en la materia, tan sólo nos acordamos de ellas cuando escuchamos el ruido de las descargas con las que la máquina de rayos ultravioletas las recibe tras embelesarlas con su fototropismo embaucador. Bueno, eso ha sido así siempre con la excepción de una extraña tarde en la que el local se nos llenó de insectos. ¡Menos mal que a esas horas no había clientes! Ángela me miraba estupefacta sin dar crédito a lo que estaba pasando. Aguantamos los nervios como pudimos y pese a tardar un largo